lunes, 29 de diciembre de 2008

AMIGOS DE ANTES IV

(Josep Vicent Marqués, Sociólogo)
Hace muchos años, coincidimos, en unos de esos cursos de la Menéndez Pelayo en Santander. No recuerdo el motivo, ni el curso, pero si las sidras trasegadas, las sardinas a la brasa que pagó él, el sol en la playa para hacer la siesta que nos dejó a ambos rojos como cangrejos y felices en el silencio. Él se alojaban en el mejor hotel de la ciudad y yo en el camping junto al faro, en una pequeña tienda de campaña de prestado con el techo rajado que arreglé con un trozo de plástico de invernadero comprado en un ferretería. Nos caímos bien, tal vez por el apetito compartido y ese interés mutuo por hacer del sexo una fiesta y comunicar a los demás que el sexo era eso, una fiesta en la que sobraban iglesias y machismos, contratos y gimnasias, ni poder ni gloria. Ella, en mi caso, era una sirena morena a la que no importaban ni mi pobreza ni mi timidez, ni la tienda rajada. Aún la quiero.
Nunca nos volvimos a ver pero seguí su trabajo durante toda mi vida y su voluntad de vitalismo, de sol, de sonreír entre sueños cuando se está en la playa.
Brindo hoy por él.

lunes, 15 de diciembre de 2008

SE ACABÓ EL FESTÍN ¿Y DESPUES?

Dulce, ácido, fresco, suave, blando, eso es un postre, el capricho de comer cuando el hambre y el apetito está ya más que saciados. Mi debilidad son las mandarinas, los nísperos, los higos, la sandía, la tarta Tatín, el flan con el caramelo muy tostado, la leche frita sobre crema catalana, los sorbetes de fresa, el chocolate amargo. Un postre es ese último beso cuando está ya todo dicho, mordido, acariciado, lamido, soñado. Ese último beso que nos sabe dulce aunque después nos tengamos que alejar de esa casa al trabajo, las obligaciones, la rutina. Solo un beso.

El sabor del postre nos devuelve a la infancia, cuando el paladar no tienen aún la cultura de lo amargo. El sabor de ese beso último nos devuelve la generosidad en el cariño que nos hace humanos. La misma expresión es toda una declaración de principios: dar un beso. No me toca a mi elegir ahora el postre sino a tí que estás ahí mismo, al otro lado de estas palabras. Piensa cual es tu postre preferido, el beso más dulce que te han dado, el que te gustaría pedir siempre al final de la comida o del deseo saciado. Cierra los ojos y piénsalo despacio. 

jueves, 11 de diciembre de 2008

LA PRESENTACIÓN A VECES NO ES LO IMPORTANTE

Ese mejunge, revoltijo, masa informe amarillenta, revuelto de "cosas", engrudo gelatinoso, antideconstructivismo culinario es-son unos huevos con patatas y ajos estilo Jarafuel (Valencia) exquisitos. No puedes de dejar de comer, de beber, de sentirte en paz y en buena compañía. Otro día hablaré de los gazpachos y de cierto salchichón de jabalí que hace Vicente... Pero volvamos a estos huevos con patatas y viceversa tan feos y tan buenos.
Porque, acabemos de una vez, ¿donde se esconde la belleza?. En la comida en el sabor, la apariencia siempre es engañosa. Es mentira, no se come "por los ojos", es el paladar quién manda.
Estoy harto de probar presentaciones de veintisiete tenedores y medio que en la boca son insípidas, sosas, tristes, nada.
Que si...que el plato tiene una pinta de lo más sospechosa pero... hincas el tenedor y ummm rico rico. En la fuente no quedó ni el rastro del aceite.
El plato se hace en un sartenón al fuego de chimenea (se ve al fondo), en una casa con aljibe y silencio rodeados de almendros y monte. Otra forma de Paraíso. Si, tal vez sea esta la forma del maná...o ¿qué esperábais?, ¿una de esas tortillas que se toman con pajita?...

miércoles, 3 de diciembre de 2008

GASTRO-CULTURA I

Cuanta cultura en tan pocos alimentos, cuanta ciencia y cuanto placer. Vino, pan, queso, embutido. La imagen de mi querida Patricia Watwood describe el cuerno de la abundancia.
La quiero. Antes de este plato fue el amor. También después. Y después un buen plato de naranjas y fresas.¿no?.