jueves, 11 de diciembre de 2008

LA PRESENTACIÓN A VECES NO ES LO IMPORTANTE

Ese mejunge, revoltijo, masa informe amarillenta, revuelto de "cosas", engrudo gelatinoso, antideconstructivismo culinario es-son unos huevos con patatas y ajos estilo Jarafuel (Valencia) exquisitos. No puedes de dejar de comer, de beber, de sentirte en paz y en buena compañía. Otro día hablaré de los gazpachos y de cierto salchichón de jabalí que hace Vicente... Pero volvamos a estos huevos con patatas y viceversa tan feos y tan buenos.
Porque, acabemos de una vez, ¿donde se esconde la belleza?. En la comida en el sabor, la apariencia siempre es engañosa. Es mentira, no se come "por los ojos", es el paladar quién manda.
Estoy harto de probar presentaciones de veintisiete tenedores y medio que en la boca son insípidas, sosas, tristes, nada.
Que si...que el plato tiene una pinta de lo más sospechosa pero... hincas el tenedor y ummm rico rico. En la fuente no quedó ni el rastro del aceite.
El plato se hace en un sartenón al fuego de chimenea (se ve al fondo), en una casa con aljibe y silencio rodeados de almendros y monte. Otra forma de Paraíso. Si, tal vez sea esta la forma del maná...o ¿qué esperábais?, ¿una de esas tortillas que se toman con pajita?...

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