viernes, 25 de septiembre de 2009

CAFÉ, CAFÉ

¿Porqué es tan difícil encontrar un lugar donde hagan un buen café?, ¿se han puesto de acuerdo todos los bares de la ciudad para servir un aguachirle repugnante?, ¿es cosa de los fabricantes de las máquinas de café?, ¿de los gansters que controlan el mercado mundial del café?, ¿del agua del grifo clorada con la que se hace el bebedizo?…

Eso sin contar con esas tazas inmundas de loza blanca en las que suelen servirlo.

¿Qué está pasando para que el mejor sitio para tomar un café en mi barrio sea en un Starbucks?…como no me pagan nada puedo decir que el café de Starbucks está bueno, en el local no hay ruido, es cómodo, me tratan bien, tengo wi-fi, hay luz, está limpio… pero…

¡¡¡¡¡¡¡NO TIENEN CHURRRRRRRRROOOOOOOSSSSSSS!!!!!!

¿Y qué es un desayuno si churros?… como un beso de compromiso.

Churros, eso si, crujientes, suaves, calientes… tampoco me valen esos churros momificados que tiene en algunos bares que les intentan hincar el diente y parecen de silicona endurecida con grasa de caballo viejo.

Pero hablaba del café, un buen café, con una buena leche, con su aroma, su amargor de selva y sol, su perfume civilizado y tranquilo.

¿Que es la vida sin café?… como un beso sin saliva.

Me gusta solo, turco, americano, con leche, capuchino, irlandés, con hielo… no soy purista, cada uno tiene su momento.

No tomar un café al final de la comida es como… eso, un beso apresurado que no lleva a ninguna parte.

Te esperaba en un café o me esperabas en un café. No me importa esperarte, ya lo sabes. No son compatibles las prisas con el café o el amor.

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