viernes, 27 de noviembre de 2009

HUEVOS MARAVILLA

Un puchero con agua, sal, un chorrito de vinagre suave y casi a punto de bullir, un buen huevo, muy fresco para escalfar, mejor dos, mejor cuatro, dos para ti y dos para mi, si estuvieras. En el plato un boletus fileteado que he tenido en aceite de oliva, una pizca de tomillo y sal solo quince minutos. Por encima de los huevos escalfados unos chips de tocino de jamón ibérico hechos en el horno.

Café americano de Guatemala, valga la redundancia, con un poco de miel de jara y zumo de mandarina de mis mandarinos con unas hojas de menta fresca. Este es el desayuno de hoy viernes. A veces solo hay que quererse, cuidarse, embellecer el tiempo para uno mismo, sin más espectador que el sol tímido de hoy y estas palabras.

Ya solo me queda ver un volcán vivo, una aurora boreal y un huracán desde las Antillas. Bueno, me quedan otras emociones pendientes, pero las de hoy, suaves, cercanas y fáciles, han estado bien.

Sigo con Lesia Chernish, sus dibujos me dan felicidad.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

SUEÑO DE BUÑUELOS DE BACALAO

Hoy he soñado que tenía diez años más, sin embargo te miraba con el mismo deseo, me reía, te besaba y me besabas con apetito y te reías como ahora. Me empujas hasta la cocina y me dices, venga, tengo ese capricho, antes del amor hazme unos buñuelos de bacalao.(si, es que mis sueños son así, raros) Ya tengo el bacalao limpio, sin espinas ni piel, desalado en su punto. Tu bates el huevo con la harina un poco de levadura, sal, un poco de cerveza, pimienta blanca, perejil picado. Dejas que fermente un rato, me besas y vuelves a batir, luego aplastas un poco los trozos de bacalao y los sumerges en la pasta, ahí los tienes un buen rato para después freírlos en aceite caliente pero tampoco demasiado caliente. Ya dorados los sacas a una fuente, abres una litrona casi helada, pones en la mesa dos vasos antiguos. Hace calor aunque sea noviembre en esa terraza de la calle Fuencarral 127 donde hace diez años soñé que viviría. Te miro bien y no se si estás más vieja pero si se que estás más guapa sentada, desnuda, mordiendo el buñuelo de bacalao y dejándote un bigote de espuma de cerveza que te borro de un beso.

Hoy he soñado que tenía diez años más y mientras te comías esos buñuelos de bacalao intentaba dibujarte, un boceto rápido a lápiz y tu me decías, no se si estás más viejo, pero si más guapo y mejor cocinero.

Con estos sueños da gusto. Me voy otra vez a dormir.

domingo, 15 de noviembre de 2009

CARPACCIO DE BOLETUS

Largo paseo por los bosques del robles más hermosos de esta parte de la sierra, hoy no persigo jabalíes aunque paso por donde cacé uno el año pasado y recuerdo el lance, la carrera, la emoción… finísima llovizna, tiempo suave y muchas setas, cojo amanitas cesáreas y boletus edulis para cenar esta noche y para llevarme a Madrid. Largo paseo por la vida primitiva, por las estaciones, el tacto blando de la tierra, la suave caricia del frío, los árboles que me rozan y me nombran desde hace tantos años. A veces quisiera simplemente estar en silencio, muchas horas en silencio tocándote, mirándote, sintiendo que doy un largo paseo de tu mano por todos esos lugares en los que la palabras solo son un poco de ruido.

Acaricio el boletus con suavidad para desnudarle de la poca tierra que le queda y luego le corto en finas láminas en sumerjo unos minutos en un aliño de aceite de oliva, sal, un poco de zumo de limón y pimienta recién molida. Es un carpaccio de bosque, sabe en la boca a mi paseo por la sierra de Jara y a tu recuerdo persistente y suave y aromático y ácido y suave como este otoño.

jueves, 12 de noviembre de 2009

ZORZALES ASADOS

Desde que tengo memoria me veo caminando despacio por bosques de pinos, castaños y robles. Nada como escuchar la música del viento entre las hojas de los pinos o el silbido agudo de los zorzales posándose a dormir en las ramas más espesas. En los bosques he descubierto la textura del misterio, los ojos brillantes de los zorros y los jabalíes, la sorpresa mágica de las setas, la voz de mi padre a lo lejos. Luego, muchos años después, metido en la selva, sentí la misma aura de hogar, de sitio conocido y tranquilo. Fue toda una sorpresa. Me he perdido en ciudades pero nunca me he perdido en un bosque. Me gusta cazar zorzales y buscar amanitas cesáreas en los bosques cercanos a mi casa. Tras desplumar los zorzales y limpiarlos bien los relleno de tocino de jamón y amanitas muy picadas, ato sus patas con bramante para que no se salga este relleno, los salpimento y los albardo con una loncha fina de tocino salpicada de tomillo, romero y ajo y los aso despacio durante media hora a fuego medio en un espetón giratorio en el horno, mejor si fueran brasas, pero no tengo hoy fuego ni bosque. La carne queda rosada, muy aromática, el tocino evita que se seque su carne magra y las setas están exquisitas cocinadas en el interior de sus cuerpos. La receta es francesa pero el hambre y el cazador es nuestro. El vino tuyo.

Me hace muy feliz dar un paseo largo por un bosque, con frío, algo de viento, bien abrigado, con buenas botas y buena compañía y luego, regresar a un sitio con chimenea, fuego, café de puchero y tiempo para contar.

martes, 10 de noviembre de 2009

FILETE MILANESA VEGETAL


(Foto Harry Regin)
La piel de tu cuerpo, la piel de bosque a veces se confunden en mi memoria. Carne vegetal. En oriente se han inventado el tofu empanado y frito. Aquí tenemos los galipiernos (Macrolepiota Procera), una seta de sombrero grande que yo rebozo en huevo batido con sal y pimienta y empano con pan rallado grueso y perejil picado. Luego acompaño con una mahonesa de yogurt. Tiene mucha fibra y sacia mucho. Si antes de freír la sumergimos en agua con jugo de carne concentrado durante diez minutos, luego las secamos bien y rebozamos como antes te cuento, la seta nos parecerá de verdad un filete milanesa tierno de carne roja. Carne vegetal

jueves, 5 de noviembre de 2009

VIEIRA POBRE O POBRE VIEIRA

El tiempo a veces destruye y a veces hace crecer al amor. Nunca sabemos porqué. Nunca sabemos cuando. Elegimos. Elige el corazón. El instinto. El sueño. La fantasía. El deseo. A veces.

Vivimos dos veces ese amor. Primero en el presente y después la memoria, destilando despacio la intensidad. El tiempo hizo crecer este amor que tantas veces pareció invisible. Hoy el mar en el norte rompe olas gigantes sobre la ciudad y en el fondo se mueven las vieiras bailando sobre las corrientes oscuras.

Yo salgo a la calle y recuerdo una receta de Vieiras a lo pobre, cierro los ojos y buceo en ese mar furioso del norte, en ese mar oscuro de la memoria.

Abro al vapor tres mejillones, limpio un trozo pequeño de congrio abierto, pico un diente de ajo y un poco de cebolla y un cuarto de mango maduro. Sofrío el ajito y la cebolla muy picada y cuando está blandita añado picado el mango, los mejillones, el congrio, sofrío a fuego fuerte y luego añado un chorro de Albariño, apago el fuego y engaño a mi memoria con una concha de vieira. En ella coloco el guiso rico, sencillo, barato. Solo falta añadir tres gotas de salsa china de ostras y pensar si de verdad elegimos o si son las olas furiosas las que nos asombran.

domingo, 1 de noviembre de 2009

BEBER CERVEZA

Me gusta beber cerveza, vino, café, té helado, limonada con cardamomo, granizado de frambuesa y menta, agua del torrente y de tu cuerpo. Debería hablar del beber más a menudo en lugar de tanta receta de memoria.

Beber sin sed, comer sin hambre fue el principio de la cultura igual que hablar de amor después de haber tocado la voz que me alimenta. No sé que cocinaré mañana, hoy voy a beber a tu salud. Hora que va a desaparecer este verano te sueño beber de mi cerveza, luego miras el mar y luego cantas: Sobre el mar / está la espuma transparente / que fabrican los sueños / he buceado en el norte helado / y en suave Caribe / en busca de los tuyos / y la edad sobre la piel / no es más que la fina arena / de los días por venir / y tu canción sigue sonando / detrás de mi camino / y de mi copa / sobre el mar / posas tus ojos / tal lejos nunca supe mirar / bucearé en todos los mares / ya no temo buscarte / no dejaré de nadar.

Y tu voz suave se va mezclando con el ruido de la última ola. También esto es cocinar.