jueves, 5 de noviembre de 2009

VIEIRA POBRE O POBRE VIEIRA

El tiempo a veces destruye y a veces hace crecer al amor. Nunca sabemos porqué. Nunca sabemos cuando. Elegimos. Elige el corazón. El instinto. El sueño. La fantasía. El deseo. A veces.

Vivimos dos veces ese amor. Primero en el presente y después la memoria, destilando despacio la intensidad. El tiempo hizo crecer este amor que tantas veces pareció invisible. Hoy el mar en el norte rompe olas gigantes sobre la ciudad y en el fondo se mueven las vieiras bailando sobre las corrientes oscuras.

Yo salgo a la calle y recuerdo una receta de Vieiras a lo pobre, cierro los ojos y buceo en ese mar furioso del norte, en ese mar oscuro de la memoria.

Abro al vapor tres mejillones, limpio un trozo pequeño de congrio abierto, pico un diente de ajo y un poco de cebolla y un cuarto de mango maduro. Sofrío el ajito y la cebolla muy picada y cuando está blandita añado picado el mango, los mejillones, el congrio, sofrío a fuego fuerte y luego añado un chorro de Albariño, apago el fuego y engaño a mi memoria con una concha de vieira. En ella coloco el guiso rico, sencillo, barato. Solo falta añadir tres gotas de salsa china de ostras y pensar si de verdad elegimos o si son las olas furiosas las que nos asombran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario