jueves, 11 de marzo de 2010

AGUA PARA BEBER, AGUA PARA NADAR, AGUA PARA AMAR

(Imagen de Eric Zener)

Me olvidaba del agua, tu agua, el agua para beber fría en verano, el agua en la que flotar como dioses. Nada existe sin el agua, ni cocina, ni vida, ni amor. El deseo humedece la piel como el sol, la tristeza humedece los ojos y los pasos. Quizá por eso amo la lluvia, los ríos, el mar y también el agua que te hace posible.

Hoy me gustaría beberte, nadar en ti y contigo, saborear el agua de anteriores tristezas de las que estás desnuda y de algunos de tus secretos que no conozco. Agua, agua, agua… de las nubes, del Hudson, del Atlántico. Porque el agua nunca nos separó ni en invierno, ni en verano. Nado contigo.

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