martes, 23 de marzo de 2010

BOCADILLO DE LUCIDEZ TRANSITORIA

(Dibujo de Marcos Rey)

Locura transitoria. Más bien lucidez transitoria como dice la Nhering, claridad y certeza y sencillez y ganas. Lucidez transitoria es el amor. Una forma de descubrir que puede mirarse el mundo despacio y sin angustia, que puede saborearse la vida lenta por tu espalda y sentir que es verdad. Por eso este lugar de recetas y besos, de secretos y salsas.

Lo sabes desde entonces, cocinar como amar nos salva siempre de tanto silencio, tanta muerte, tanto tiempo perdido cuando estuviste lejos o lo estuve yo. Guisar y querer nos hace siempre mejores, más niños y más deseables, más nosotros. Además, cocinar y amar es un aprendizaje interminable, nunca lo sabremos todo, nunca sabremos casi nada, siempre es nuevo mañana y siempre es nuevo hasta el recuerdo de un sabor o de un beso.

Aunque tú no lo sepas el mundo no es redondo y los mapas nos pierden, nunca hay rutas seguras ni mares sin tormentas, no hay casi ninguna certeza, casi nada es sensato y el tiempo siempre es un veneno lleno de palabras grises llenas de ceniza. Aunque tú no lo sepas hay calles en Madrid con tu aroma y tu risa perdida siempre que paso por ellas y a lo lejos veo tu espalda hacerse cada vez más pequeña.

Aunque tu no lo sepas nada me gusta más que un bocadillo de chapata crujiente con tomate y jamón tumbado en el Retiro, recién nacida la primavera, contigo.

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