lunes, 22 de marzo de 2010

ESCABECHE DE TRUCHA CASI VIVA

(Foto: Victor, Angel y Fernando con la trucha de mi vida)

Pesqué solo una trucha no muy grande. La garganta de Pedro Chate iba llena y preciosa. Lluvia de primavera. compañía de mis hermanos y pincho de jamón, morcilla, queso, lomo y pan teniendo por mesa un cancho de musgo cerca del charco del Águila, con la primavera a punto de dar el “esplotío”.

Limpié la trucha y analicé sus vísceras cual adivino (siempre me gusta saber lo que comieron para proponerles luego el mejor señuelo-menú), sofreí un ajito muy picado y 50 gramos de tocino de jamón ibérico. En ese aceite freí la trucha enharinada y salpimentada y tras dorarla añadí un chorro de vinagre de jerez y un chorro de jerez dulce, tapé y dejé reducir el caldillo a fuego lento dando la vuelta al pescado de vez en cuando. Es muy sencillo, muy rápido y queda muy rica. Pero claro, esa trucha comió larvas de efémera y de libélula, pececillos, cangrejos… no el pienso compuesto con el que engordan a las de piscifactoría. Lo siento, no puedo evitarlo, las truchas de piscifactoría me huelen/saben a pienso compuesto para pollos. Nadie es perfecto.

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