miércoles, 22 de febrero de 2012

MARISCADA PARA DOS II (GAMBAS)



Los sociólogos tenemos la manía de la segmentación, la definición de perfiles, de target, de poner etiquetas a las buenas gentes, llamadas también "consumidores" para mejor venderles inventos, chismes, ilusiones, macarrones, coches, ideologías, zapatillas, implantes capilares, móviles y tantas cosas inútiles. Y ese vicio, deformación profesional o manía es difícil de erradicar, así que hoy me sorprendí etiquetando a las personas en función de su pose, postura, actitud o gusto ante el marisco en general y las socorridas gambas en particular. Y me salió una segmentación con cinco perfiles básicos:

- Los que aborrecen el marisco por ser alérgicos y por lo tanto las gambas para ellos o ellas son seres infectos y venenosos.

- Los que les repugnan esos bichejos que son como insectos marinos a todas luces insalubres y cargados de miasmas.

- Los que consideran comer esos bichos algo muy ordinario y casi abyecto, que ha de hacerse en la intimidad y con un punto vergonzante como el sexo anal o escuchar a Jiménez Losantos.

- Los que sólo las comen con cuchillo y tenedor como les enseñaron en ilustres colegios y casas con ringorrango, pero más que comer gambas parece que estén operando a corazón abierto a un diminuto marciano o haciendo la autopsia a un pariente lejano y poco querido.

Los que las devoran con los dedos y rechupan la cabeza con fruición vampírica rebuscando en el cerebelo del crustáceo no se sabe que esencias dionisiacas.

Como soy chico y hetero, la citada segmentación, a lo largo de mi vida, me ha servido para descubrir afinidades y empatías amorosas, sexuales, ideológicas y de otro tipo más secreto. Con los cuatro primeros perfiles las relaciones no fueron demasiado exitosas por motivos y conexiones prolijas de contar ahora, y sólo con las chicas que chupan las cabezas y comen las gambas con los dedos he sido feliz.

Sé que como test de afinidad es poco sofisticado, pero a mi me ha funcionado. Un psicoanalista se relamería buscando fundamentos erótico-festivos, represiones oscuras o edipos gargantuásicos  a esta afirmación, uno, claro, al que no guste comer las gambas con los dedos y rechupar con golosineo y con lengua la cabeza.

PD: Oye, que mi oficio es muy serio, a pesar de las cosas que diga el colega ese al que han hecho ministro de educación. "Hay gente pa tó", que dijo "Guerrita".



2 comentarios:

  1. Después de leerte creo que las próximas gambas me las comeré en la más absoluta privacidad jejejeje. Claro que cuando vea a alguien comer gambas me va a entrar un ataque de risa de los que hacen historia. Gracias por arrancarme una sonrisa.

    Beatriz "Borrajas"

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