viernes, 31 de agosto de 2012

CARNE CRUDA


Tras llegar de muy lejos, sobre un plato que tiene más de cien años desayuno  un tartar de gambas y un chupito. El tartar bien picante y el güisqui sin nada. Se acaba este agosto tan extraño, feliz algunos días y desolado otros.

En cuanto me asomo al mundo todo son malas noticias. Vuelve un tiempo salvaje y despiadado. Quizá, también un tiempo auténtico y solidario.

No me gusta quien teme a las fieras, quién no le gusta caminar, quien atesora. Me gusta la carne cruda, los atardeceres junto a un río, tener hambre por la mañana, las palabras dichas con verdad y susurro. Me gustan las mujeres que corren con los lobos, como diría Clarissa Pinkola.


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