miércoles, 28 de mayo de 2014

VINO Y CHIPIRONES

Foto de Laura Rosal


Vino y primavera. Calor templado al filo de las siete de la tarde. Brochetas de chipirones asados con fresas. Tinto para brindar por todo lo bueno que está pasando. Podemos. El perfume del mar se mezcla con el de las palabras, las ráfagas de resina y tomillo, la certeza de que vivir es siempre un hecho precioso que tiene el color de este vino, las olas, tu sonrisa.

Te cuento que cerca de aquí arribaron los nietos de Ulises, los parientes de la Atlántida, los abuelos que arrancaron las ostras de las rocas para enterrar sus cuerpos en una masa de pan que cocieron en un horno de barro junto a puñados de algas y cebolla. Cerca de aquí, sobre las lomas secas que se ven en lo alto, tras los espinos y la cañabrava, plantaron viñas y olivos para desafiar a los estúpidos dioses que los manipulaban y torturaban por capricho. Pero ellos se embriagaron y acariciaron sus cuerpos con gotas de aceite, inventaron formas de gobierno en libertad, filosofías para vencer a esos dioses volubles y fábulas para dejar de tener miedo al mar y sus monstruos, al cielo y sus relámpagos.

Bebo este vino en la pequeña copa de tu ombligo, preparo otras brochetas de pulpo y tomate, Utilizo los mismos sueños y cuentos que aquellos aventureros civilizados aunque use hoy otras palabras y otras voces y otros cuerpos. Chisporretea el aguas de tomate al asarse, la carne del pulpo al fuego llena el aire de aromas que estimulan los apetitos y las ganas. Añado la sal y el chorro de aceite y las sirvo en el plato de loza. Te pongo más vino y más besos.

Luego tocará nadar mar adentro, lejos, no tanto donde habite el olvido o Neptuno, como donde late la vida, la que tú y yo llevamos. Sólo espero que la Parca me tome por sorpresa y convertirme en pan para los peces, en agua de mar, en un remoto y leve recuerdo, nunca doloroso, en aquellos que quise y me quisieron. Mientras tanto hay que beber y comer, acariciar la piel y las palabras, disfrutar de esta chispa caliente de espuma de mar que nos late dentro, no hay más, sólo somos eso.

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