domingo, 17 de mayo de 2015

TORTILLA DE PATATAS Y VIEIRAS


Tenía 18 años. La fotografía me la hizo Abio en casa de Carlos, en  ese primer piso de muchachos libres, en Jaraíz, en donde hicimos nuestras primeras y gloriosas tortillas de patatas. Después cada uno se fue lejos, a otras ciudades, otras casas, otras fotografías. No me parece que esté ahí más joven que ahora. Tengo hoy el mismo pelo y en el armario una camisa parecida. Pero la barba es ahora más corta y canosa, la mirada está escondida tras unas gafas y no tengo esa tranquilidad en el gesto ¿perdí mi camisa de hombre feliz?. 

Miro la fotografía y escucho la música de los Asfalto en algún sitio, recuerdo rabiosos poemas escritos en la vieja Olivetti y huelo esa tortilla recién hecha que debe ser mi magdalena de Proust.

Todas las tortillas tienen sus secretos. No hay cocinera o cocinero que no se precie de hacer bien su peculiar tortilla de patatas. Entonces inventé esta en mi primer viaje al norte. Necesitas huevos ecológicos, (que no son caros), unas buenas patatas (eso ya es más difícil) una cebolla morada y medio kilo de vieiras frescas. Freímos la cebolla y las patatas por separado hasta que estén doradas, quitamos bien el aceite, batimos los seis huevos, primero las claras a punto de nieve y luego añadimos las yemas. Abrimos y limpiamos bien de arenilla las vieiras, añadimos a los huevos las patatas, la cebolla frita y las vieiras troceadas, crudas y escurridas. Mezclamos bien los ingredientes y hacemos la tortilla en una sartén grande para que la tortilla quede poco gruesa, a fuego medio.
Como era entonces tiempo de tomates, hice también un sofrito con pimiento rojo, puerro, dos tomates medianos bien maduros y cuatro tomates secos. Cuando esté hecha la salsa rectificamos la acidez con un poco de azúcar moreno, pimienta, sal y añadimos un buen puñado de albahaca fresca picada. Pasamos la salsa por el chino. Esta salsita es perfecta para acompañar mi tortilla de aquellos dieciocho.

Está riquísima, pero lo está aún más con un humilde ingrediente secreto que utilizaba entonces. Un día te cuento.

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